Canciones de noches prohibidas


Y baila, baila conmigo mientras siga sonando la música. No te pido que me bajes la Luna, solo que me lleves a ella y así solo con un salto, podré tocar las estrellas. Entonces chico, lárguemonos hacia el mar, porque en esta ciudad no hay amanecer. Iremos adonde quieran mis botas. Quizá sea un poco kamikaze y nuestra apuesta no sirva de mucho, pero creímos en esa música, en esas canciones en las que mis ansias de vivir no caben. Ahora tengo que pagar la deuda, ya no tiene sentido abandonar, pues ni siquiera sé si nací para correr. ¿Qué hago? Llevo días sin dormir, hace mucho que no hablamos. Puede que ya no haya más que decir, solo dejo que mi pensamiento vuele. Y ahora dime ¿qué puedo hacer? Lo dejo todo en tus manos. Tan solo déjame decirte... Love, love me...











[What can I do - Apuesta por el Rock n' Roll - Kamikaze]

Tic-tac

Tu tic-tac y el mío son el mismo son












Marea - A la mierda primavera

Der Mond ist auch dann da, wenn niemand hinschaut





Hay cosas que siguen ahí aunque no las estemos viendo, como le pasa a la luna. No desaparece de la noche a la mañana (nunca mejor dicho), solo se esconde durante un rato para que la echemos de menos, para que cuando vuelva reciba una calurosa bienvenida. Porque, a veces, solo apreciamos las cosas cuando vemos que no están. Esto no siempre resulta bueno, pero, si nos conformamos con poco, al menos podemos pensar que aunque tarde, nos han sabido valorar mínimamente. Lástima que no siempre sea así y que el ser humano no sea de conformarse con pequeñeces.




Pd: La frase es del físico David Mermin

Rain

-Ahora es el momento –dijo en voz alta, aunque sabía perfectamente que nadie la iba a escuchar.

Justo cuando el día se había oscurecido y había comenzado a llover con fuerza, fue cuando ella decidió salir. No fue casualidad que lo pensara en aquel preciso instante. Esa idea llevaba todo el día rondándole por la cabeza, pero la vagueza y el deber la ataban a esa silla de terciopelo. A ella le encantaba la lluvia. Le gustaban los días nublados y su frescor. Y por eso, fuera casualidad o no, había llegado su momento del día, justamente entonces. Cambió su uniforme casero por uno más apropiado. Cambió su típico abrigo negro por una fina gabardina; su larga bufanda, por un pañuelo bicolor. En vez de enfundarse sus botitas de agua, se decidió por unas más finas que la habían acompañado durante mucho más tiempo. Cuántas Conversaciones habían presenciado… Llevaba tiempo sin ponérselas pero decidió que también a ellas les vendría bien un poco de aire fresco. Sabía perfectamente que esos zapatos no eran para la lluvia, pero poco le importó.

-Ya estoy lista – volvió a pronunciar en voz alta.

No cogió su móvil, ni las llaves, ni bolso, ni cartera. Se giró para mirarse en el pequeño espejo, abrió la puerta, bajó las escaleras y tomó la calle, no sin antes coger el pequeño paraguas (podría haber salido sin él, pero optó por dejarle que la acompañara).

No sabía muy bien a dónde la llevarían los pies. Era frecuente verla caminar a la deriva, con o sin compañía, pues confiaba plenamente en sus pasos y no les preguntaba demasiado. Caminaba, caminaba bajo un paraguas. Luchaba contra el viento. “Necesito un golpe de suerte… ¡Algo!” Cogió por el paso de peatones. Bien le habría venido cruzar corriendo esa carretera, pero en una ciudad como esta, no se puede tentar tanto a la suerte en cuanto a coches se refiere. Ella seguía bajo el paraguas y observaba con tranquilidad como la lluvia lo llenaba todo, como las gotas chocaban contra los cristales, como las luces de los coches descubrían más y más lluvia. Bajo ella se sentía cómoda. Tenía los pies empapados, pues había caminado por los charcos, como si con sus botas de agua fuera. Su tranquilidad había llegado así que decidió que ya debía volver para seguir con sus quehaceres. Se dio la vuelta y entonces un coche pasó demasiado cerca de la acera, llenándola de agua. Un segundo coche repitió la hazaña, para que le quedara bien claro que había agua en el asfalto. Ella, más que enfadarse o molestarse, sonrió. Se miró los pantalones: empapados. Se miró la gabardina: empapada. Miró, por último, sus zapatos: era imposible que no estuvieran mojados. Entonces fue cuando una carcajada salió de debajo de aquel paraguas. “Mi golpe de suerte” –pensó. Era verdad que su momento del día había llegado. Quizá, en ese momento, solo necesitaba un poco de lluvia para sonreír, que un coche la empapara para echarse a reír. Quizá solo necesitaba un poco de todo para ser feliz.

Vamos a trepar a la copa de este sol de enero

Ponte el moño apretao, sirena, que se joda el viento,
rompe las horquillas de espuma
y déjame que te remache sonrisas de hierro
de esas que disipan las brumas,
que sé que entre los males nos lloverán cristales,
yo iré descalzo y tú desnuda
al son del amor del ronco tambor que toque la luna,

vamos a trepar a la copa de este sol de enero,
y a hacer un nido en su ramaje,
y allí reírnos viendo como a cada minutero
se lo devora el oleaje,
y cuando entre mis brazos resuenen cañonazos
yo iré perdido entre tus dunas
dejándolo todo, quemando los tronos donde reinen dudas,

y báñate en mis ojos, que se joda el mar
que quiera mecerte a su antojo,
si no somos nadie a nadie va a encontrar,
y si a las heridas quiere echarles sal
solo va a encontrarse cerrojos
y las cicatrices de la soledad,

coge resina para untarnos poco a poco el cuerpo,
por si vuelve la ventolera,
y mientras tanto, entre los huecos que nos deje el tiempo
deja volar tu cabellera,
que si a nuestra locura vuelven nubes oscuras
nos cogerán frente con frente y codo con codo,
cada vez más solos, rodeados de gente.

y báñate en mis ojos, que se joda el mar
que quiera mecerte a su antojo,
si no somos nadie a nadie va a encontrar,
y si a las heridas quiere echarles sal
solo va a encontrarse cerrojos
y las cicatrices de la soledad.




Marea - Que se joda el viento

Mintamos a boca llena

When my love swears that she is made of truth
I do believe her, though I know she lies,
That she might think me some untutored youth,
Unlearned in the world´s false subtleties.

Thus vainly thinking that she thinks me young,
although she knows my days are past the best,
simply I credit her false-speaking tongue;
On both sides thus is simple truth suppressed.

But wherefore says she not she is unjust?
And wherefore says not I that I am old?
O, love´s best habit is in seeming trust,
and age in love loves not to have years told.

Therefore I lie with her, and she with me,
and in our faults by lies we flattered be.

William Shakespeare - Soneto 138


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Mi vida ¡cuánto te quiero!
dijo mi amada, y mentía.
Yo también mentí: te creo.
Te creo, dije, pensando:
así me tendrá por niño.
Mas ella sabe mis años.
Si dos mentirosos hablan
ya es la mentira inocente:
Se mienten, mas no se engañan.
Pero los labios que besan
son de mentira tan dulce...
Mintamos a boca llena.


Antonio Machado (Versión Soneto 138 de Shakespeare)

Año 2010

(Parece el nombre de una película de ciencia ficción, pero se va a quedar siendo solo el título de la entrada :P.)

Para San Fernando será un gran año (y espero que para sus habitantes también:



Y como motivo de nuevo año, empiezo cumpliendo propósitos:





Y mi segundo propósito:




No están todos los que son, ni caerán todos los que están, pero más o menos...




Feliz noche de Reyes =) Ya queda menos para darle un saludillo a mi oh!querida olavide... (Aunq Sevilla también tiene sus cosas buenas... ^^)

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S.Fernando/Sevilla, Cádiz/Sevilla, Spain
"Una profunda pesadez atenazó sus miembros, su pecho se cubrió de gruesa corteza, su pelo se convirtió en hojas, sus brazos en ramas y sus pies, antes tan veloces, fueron atrapados por lentas raíces, mientras que su rostro fue la copa. Nada quedó de ella, excepto su luminoso encanto."