Flor





Simples como una goma, efímeros como el lápiz en el papel, débiles como las flores...
Esas flores de tres pétalos, esas flores de nada.
Así somos y seguiremos siendo.


Lecciones

Un día comenzaste a escupir al cielo... y ahora llegó la tormenta.

Inciso

Bueno, yo aquí no suelo contar mi vida (o al menos no a modo diario ni nada de eso) y aunq ahora no lo vaya a hacer... necesitaba publicar algo así. ¿Por qué? Llevo años... AÑOS siendo fan de un grupo, the Corrs (ahora es cuando vosotros os sorprendeis... a q no os lo esperabais??) y me he pasado muchas clases de matemáticas de la ESO soñando despierta tonterias... como q algún día los veria y tal de cual...

Aún no los he visto (quitando aquel grandioso 18 de noviembre de 2004, en el auditorio de la cartuja... =) ) pero hoy, (la noche del 23, quiero decir) la chica de 20 se ha escondido y la niñatilla de 15 años (y 13,14...) se ha puesto a saltar en su pseudo cuarto al enterarse de que, su diosa (sí, sí, lo que oyen) está en donde ella reside... Así que solo puedo decir.... hfvhghfkhfhlfhl!!!!!!! (Qué maravilla de expresión...)

Ala, que os den a todos! =D Yo intentaré descansar... q mañana me toca la búsqueda xD


AH!!!!! Y feliz cumple, sharon xD



Ellos

Se sentó, cogió un cigarro y se llenó la copa con el mejor coñac francés. De nuevo estaba solo. No era algo que le molestara. Como siempre se dice “mejor estar solo que mal acompañado”. Lo que pasa es que… Estas fechas le hacían ponerse melancólico. Veía luces por todos lados, caras felices, regalos… Y para él, ¿qué había?
-Un año más solo- se dijo.
No sabía muy bien qué hacer. No sabía si llamarlos o si era mejor dejar pasar el día. No quería molestarlos pero echaba de menos el calor de sus palabras, la risa nerviosa de la pequeña, las regañinas de la abuela…
-Mmm, mejor no.
Sabía que si llamara, se pondría a llorar. Para ellos todo seguía igual y no podía entender cómo. ¿Es que no han vivido lo que él vivió? Posiblemente no. Su vida se fue de la de todos nosotros pero ¿por qué parecía que a ellos les daba igual? Seguramente no sería así, pero realmente eso le demostraban. En fin… Por eso había huido de aquella casa, ahora lo recordaba.
-Bueno, me quedaré aquí dentro un poco más…
De pronto llegó su compañero de piso. Era un joven alto y de pelo cobrizo. Era delgado pero se le veía bien fuerte. Al lado de los demás, resultaba llamativo.
-¿Pero qué haces ahí? ¡Tan solo!
-Nada, solo disfrutaba del silencio.
-Anda, anda… Cámbiate, que nos vamos de fiesta.
-Pero… ¡bah! No me apetece.
-Me da igual, no pienso dejar aquí solo. Ponte tu mejor ropa y nos vamos.
-Bueno… pero solo para que te calles.

Así pasaban los días. Él no tendría consciencia apenas de los días de no ser por su compañero. Era el único que lo empujaba a salir, a sonreír.
-Venga, ya estoy listo.
-Un segundito, que casi termino yo también.
Mientras, se sentó en el pequeño sillón de la entrada y esperó, esperó…
-Ya estoy.
-¡Hombre! Menos mal que tardabas poco.
-Jaja, bueno, lo siento. ¿Vamos?
-Ya que insistes…
-¡Anda, venga! ¡Que vamos a estar bien!

En la calle hacía muchísimo frío. “Menos mal que he cogido la bufanda” pensó. Había muchísima gente. Era normal teniendo en cuenta la fecha.
Su compañero lo llevó a un pequeño bar. Era muy bonito. Tenía las paredes llenas de cuadros que parecían pintados por niños pero que no desencajaban para nada con la decoración. Paredes pintadas de un suave verde, tablones de madera. Era un ambiente muy cálido y, teniendo en cuenta el frío de afuera, venía muy bien el calor. Se sentaron en la mesa del rincón, en el sitio de siempre. Al poco llegó la camarera. Era una chica morena, de pelo largo y liso.
-¿Qué desean?- preguntó con la voz más dulce.
-Yo quiero una cerveza- dijo su compañero.
Él, en cambio, no podía dejar de mirar a esa chica. Tenía los ojos más dulces que hubiera visto jamás. Lo estaba atrapando con su mirada. Había algo que lo atraía, algo que hacía que no pudiera dejar de mirarla, algo que le resultaba tan familiar que lo estaba asustando. De pronto, se dio cuenta de que la camarera se estaba ruborizando.
-Perdona… ¿va a pedir algo?- preguntó suavemente.
-¡Oh! Sí, claro. Otra cerveza, por favor…
Cuando la camarera se fue, su compañero lo miró con una sonrisa en la cara y le preguntó rápidamente:
-Oye tío, ¿qué te ha pasado? Te has quedado mirándola durante varios minutos. ¿Qué pasa?
-Es ella…- dijo tranquilamente.
-¿Cómo que ella? ¿La conoces?- preguntó su compañero muy extrañado.
-Es la primera vez que la veo, pero es como si la conociera de toda la vida. Es… ella. Solo ella.

Al poco rato volvió con lo que el par de amigos había pedido. Ya con los pedidos en la mesa, el chico decidió acercarse a la barra. Pensó que lo mejor sería disculparse a la joven camarera. Al advertir su presencia, la camarera se volvió a ruborizar.
-¿Otra vez por aquí?- dijo tímidamente.
-Sí…
La camarera se acercó a donde él estaba, salió de la barra y lo agarró de la mano. Lo llevó a la parte de atrás del bar. Se acercó mucho a él y eso le hizo ponerse nervioso.
-Perdona… me resultas familiar pero estoy seguro de que no te he visto antes.
-Eres tú…
- dijo ella acariciándole la cara.
-¿Nos conocemos entonces?
-Sí, desde siempre.

-¿Cómo?- se extrañó él. Todo estaba siendo muy raro.
-Sí, desde siempre. Desde que tengo consciencia de lo que sueño. Eres tú.
- Pero, ¿cómo que yo?
- Era demasiado raro y aunque para él también ella era conocida, no lo quería decir. No quería parecer tan loco.
-Eres tú quien lleva rondando por mi cabeza tantísimo tiempo. Eres tú quien cada noche, al dormir, me acompaña. Solo tú… No conocía tu cara. ¿Tus ojos marrones? Los ignoraba. Tu pelo tampoco lo conocía. Ni tus finos labios, pero desde el momento en que te vi y vi cómo me mirabas… Lo supe.
-Yo tengo la misma sensación contigo.
-Tú eres tú y yo soy yo. Es el destino. Tú eres mi destino.

Y sin temor, ni timidez ni cualquier otro factor que pudiera detener ese momento, ella lo besó.
Era una locura, pero no podían separarse. Las mieles de esos labios no podían quedarse ahí. El calor que desprendían tampoco podía ignorarse.
Unidos por un beso se dieron cuenta: eran ellos.

Today

Realmente es el mismo día de siempre, los mismos videos, las mismas ropas que tengo más que vistas. Los mismos contoneos, las mismas voces, el mismo violín... pero no me canso, no me canso...


Feliz día de San Patricio =)





MTV Unplugged 1999, Lansdowne Road, Dublín 1999 y Ginebra 2004





PD: A quien no le guste con no mirar y buscar lo que le guste en youtube es suficiente.
PD2: Que los tréboles de cuatro hojas, leprechauns y demás os acompañen! xD :P

Como si fuera 16 todavía


"Y ahora déjame abrazarme a tu jersey. Es lo único que me queda y aunque no sea demasiado, está impregnado de tu esencia. Casi como si me abrazaras...

como si fuera nuestro último día en la tierra."

El café

Era temprano pero ahí estaba él una vez más.

-Un café solo bien cargado, por favor.

- Serán… 1,20€

Sin rechistar pagó. Euro más, euro menos, ya le daba igual. Cuando se ha perdido todo, ¿qué más da un poco más?

Todo había empezado hacía unos 8 años. Él era feliz en su matrimonio pero llegó el momento de irse a Marruecos, a donde lo habían destinado en el trabajo. Su mujer se negaba en rotundo y comenzó a comportarse de una manera irracional. Simplemente no quería que se fuera, era su marido y lo quería en casa y no veía más allá…

-Las cosas son como son y yo volveré antes de lo que piensas.

Al final se fue y como prometió, volvió antes de lo previsto, pero no se encontraba cómodo en el que tantos años fue su hogar. Por cabreo y sin haberlo pensado, cometió alguna que otra tontería. No quería decírselo a nadie y menos a su propia esposa. No sabía por qué había hecho todo eso, pero ahora ya era demasiado tarde para arrepentirse.

Una vez en casa las cosas, sin saber cómo, ya no eran como antes.

-Tampoco ha pasado tanto tiempo… solo fueron tres meses… ¿Por qué se comportan así?

El pequeño era demasiado pequeño, pero el mayor sabía perfectamente lo que hacía.

-Bueno, no puedo pedirle demasiado, sale a mí. No me va a dar más cariño que el preciso y si puede fastidiarme, no tardará en hacerlo.

Su carácter se fue agriando poco a poco. Nunca fue un hombre extremadamente cariñoso, salía a su padre en casi todo. Su nariz era afilada, sus ojos tenían un tono verdoso que resultaba veneno. Su pelo se había ido volviendo cano según pasaban los años. Su rostro en otro tiempo tan tierno, se había vuelto afilado y cada arruga mostraba todo lo que había sufrido desde niño: peleas, enfados, escapadas, trastadas… Cada segundo de vida lo tenía escrito en la frente. Puede que ahora todo eso se le estuviera viniendo encima. Además su esposa no lo besaba como antes y sus hijos…demasiado pequeño o demasiado parecido a él. Por H o por B esa casa no era como antes y eso le quemaba cada vez más.

La situación no mejoró y un día su esposa se desmayó al salir de la cama. No habría sido nada si no hubiera sido por el fuerte dolor que sentía ella en su espalda. Sin más fueron al médico y a ella le diagnosticaron una grave enfermedad. Su cuerpo se iría paralizando poco a poco hasta que ya no quedara más que huesos.

-Estaré a tu lado pase lo que pase.

Y así fue al principio, pero las cadenas impuestas por ella fueron la gota que colmó el vaso. Si antes era reservado, ahora lo era mucho más. Él se dedicaba a ella y los niños dejaron de ser niños sin que se dieran cuenta. Él no tenía tiempo ni para pensar pues por ella hacía lo que fuera. La culpa que sintió toda su vida por deslices pasados le perseguía todavía e intentaba, al centrarse tanto en ella, que lo perdonara por cosas que ella ni conocía.

-Desde aquel viaje todo se ha estropeado. Éramos felices y ¿ahora qué? Tú estás enferma y yo… creo que me estoy volviendo loco. Los niños crecen sin nuestra ayuda. ¿Para qué estamos entonces?

Ella no respondía. Era el día en el que le inyectaban unos medicamentos y no se encontraba nada bien. Con el rostro amarillo y los ojos rotos ella lo miró. Era esa mirada triste que tantas veces había visto en estos meses de enfermedad. Era una mirada de súplica, de cansancio. Una mirada que pedía que todo eso parara. Pero él no podía hacer eso…

Un buen día vino otro jarro de agua fría. Su madre también estaba enferma y todo se iba a desarrollar de forma muy rápida. Octubre, noviembre, diciembre, enero… y así hasta junio. Un pilar de su vida se cayó y por poco no cae también otro más importante, su propio hermano. Él, que en tanto lo había apoyado, se encontraba en una cama con miles de cables a su alrededor. Su fortaleza se había escondido pero en sus ojos se encontraban las ganas de seguir adelante.

-No puedes rendirte. Muchos como yo esperamos que te recuperes. No sé qué haría sin ti.

Esos detalles fueron mejorando pero otros caían con más velocidad. La enfermedad de su esposa se agravaba. Además de eso, su relación con ella se volvía insostenible. Ella estaba muy irritable y él era solo un preso de esos muros. Su hijo mayor tenía la vida resuelta y lamentaba no haber podido ayudarlo. Su hijo, el pequeño, vivía más con las vecinas que con él mismo. La casa se caía y no podía sostenerla. No tenía fuerza física ni mental.

Una mañana de noviembre se despertó. La cocina estaba hecha un desastre. El mayor había ido al trabajo y el pequeño había hecho un intento de desayuno. Su esposa lloraba en el baño, había vuelto a caerse. Esta vez él no fue a socorrerla pues sabía que él también se caería, no del mismo modo, y entonces sí que nadie podría levantarlo.

-Qué frío- se dijo.

Se vistió con su ropa de siempre, unos pantalones oscuros, una camisa a rayas y la chaqueta de cuero. Cogió el paquete de tabaco, era lo único que lo calmaba. De su cartera sacó un par de monedas, las justas para la mañana y dejó todo en el taquillón de la entrada. Tampoco cogió las llaves.

Abrió la puerta y escuchó que su mujer lo llamaba a gritos. Él, sin más dilación abrió la puerta y se fue. Se encontró con varios vecinos que le preguntaban por él y por su familia. Con una sonrisa fingida respondía que ahí seguían. Al salir del edificio se paró pues no sabía a dónde ir.

-A dónde siempre ¿no?

Y eso hizo. Encaminó sus pasos a ese bar pequeño que estaba en la calle de atrás. Entró.

-“El mismo humo de siempre, el mismo ambiente de siempre. Tan temprano y tan lleno.”- pensó.

Se sentó en la barra, encendió un cigarrillo y el dueño del bar se acercó a él. Tras una corta conversación le preguntó qué iba a tomar y él, por última vez, contesto:

- Un café solo bien cargado, por favor.

Warum?

Ich kann nicht verstehen.


Ich versuche, aber....

By the way, nur drei Tage um auf Deutsch zu schreiben =)



Diese Worten können schlecht geschrieben sein aber ich habe versucht! xD

Falsedades

-¿Sabes? Hubo un tiempo en el que incluso me gustaste bastante...

-¿Ah si? No puedo decir que me sorprenda mucho eso, pero no me lo esperaba de tí... Tuvimos mucho trato y nunca vi evidencia alguna.
- Bueno, sabes que siempre he sido bastante reservada en lo que a mis sentimientos se refiere. En cuanto salen a la luz, cualquier cabrón puede aprovecharse de ellos y el mundo no está preparado para ello.
-Vaya, una vez más vuelves a sorprenderme. Una frase así no es muy de tu estilo, te creía toda una dama.
-Y lo soy. Lo cortés no quita lo valiente, ya lo sabes.
-Tú como siempre tan refranera... Hay cosas que nunca cambian.
-Muy cierto. Una llega a acostumbrarse a ser así.
-Y bueno, déjame preguntarte... Solo por curiosidad, ya sabes... ¿qué te gustaba de mí?
-Al principio tu sencillez, tu mirada, la ternura de tus palabras. Poco a poco el descaro fue ganando terreno... Y de repente un día había en mi mente alguien con tu mismo físico pero que no eras tú.
- ¿Qué quieres decir?
-Todos los hombres de mi vida me han mentido en algún momento.
- ¿Y por qué dices eso? Yo no te mentí en ningún momento.
-Cada sonrisa era un engaño. Fuiste degenerando hasta que te tuve que sacar de mi mente. Ya no albergaba tanto veneno.



Y sin más, lo miró por última vez y se fue.


Así nos va (II)

No sé si será la lluvia, los días nublados, la poca luz del sol que vemos.

No sé si serán los cambios de temperatura... Frío y calor se intercambian a cada segundo.
No sé si será que el nivel del río sube.
No sé si será que aún no nos acostumbramos al nuevo año.
No sé si será cosa de la crisis.
No sé si será el café, el té o lo que sea que bebas.
No sé que coño será; pero hijo...

Cada día estás más gilipollas.





Pequeños príncipes y princesas


El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:

-No sois nada, ni en nada os pareceis a mi rosa. Nadie os ha domesticado ni vosotras habeis domesticado a nadie. Sois como el zorro antes, que no se diferenciaba en nada de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora él es único en el mundo.

Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:

-Sois bellas, pero estáis vacías y nadie daría la vida por vosotras. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de vosotras.
Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es la rosa a la que he regado, puesto que es la rosa a la que abrigué, porque es la rosa cuyos gusanos maté (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ), puesto que es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque ella es mi rosa.

[...]

El tiempo que perdiste por tu rosa es lo que la hace tan importante.





Antoine de Saint-Exupéry - Le petit Prince (El Principito)






C'est le temps que j'ai perdu pour vous qui le fait si importante.














Ruego que me disculpen si el texto en francés no es correcto.

Datos personales

Mi foto
S.Fernando/Sevilla, Cádiz/Sevilla, Spain
"Una profunda pesadez atenazó sus miembros, su pecho se cubrió de gruesa corteza, su pelo se convirtió en hojas, sus brazos en ramas y sus pies, antes tan veloces, fueron atrapados por lentas raíces, mientras que su rostro fue la copa. Nada quedó de ella, excepto su luminoso encanto."