El día que nos vio nacer.

Siempre he pensado que los lunes eran aburridos, sobre todo cuando en el colegio tenía religión o matemáticas a primera hora (Santos...). Cuando llegué a la universidad, los lunes eran sinónimo de residencia y de mucha UPO ¡menudo día intenso era! Casi veíamos amanecer y anochecer desde la misma silla. Pero el verano siempre llegaba... y terminaba...

·Treinta y uno de agosto de dos mil nueve. Lunes.
¡Felicidades!
Un septiembre de charlas inaugurado por cierto 31 de agosto.

Los lunes pasaban desapercibidos, pero un día importante llegó.

·Catorce de septiembre de dos mil nueve. Lunes.
"Y ella, ella sería siempre, más allá de los pensamientos, más allá del tiempo… Ella sería Dafne."

No quedaban ya apenas días del verano y el curso se apresuraba. Entonces uno de los días más importantes llegó.

·Veintiocho de septiembre de dos mil nueve. Lunes.
Ese día, como he relatado otras veces, fue uno de los más importantes ya que no supuso solo el inicio de las clases o, simplemente, el inicio de una nueva semana, sino que resultó ser el comienzo de una gran historia aunque, en aquel momento, solo fue un día en el que dos personas quedaron (oficialmente) por primera vez. Los días pasaban y, a falta de relojes reales, ya había algunos hechos de tinta que ayudaron a que el tiempo entre lunes y lunes (con viernes por medio a veces) se pasara más rápido.

Las horas de septiembre se consumieron tan rápido como podía hacerlo un cigarro en unos labios y comenzaron, pues, con octubre.

·Cinco de octubre de dos mil nueve. Lunes.
Si lo que tienes que decir no es mejor que el silencio, no lo digas... ¡Pero benditas las fuerzas que te impulsaron a hablar! Podría haberse nublado el sol eternamente, podría haberse secado en un instante el mar, podría haberse roto el eje de la tierra como un débil cristal... pero en vez de eso, allí siguieron sin inmutarse, ante la atenta mirada del gran poeta, Bécquer, el único capaz de seguir esta historia en verso.

De lunes a lunes (con viernes de por medio) saltando, tirando y aflojando, llegaron casi al final del mes.

·Veintiséis de octubre de dos mil nueve. Lunes.
Una rama. Un árbol. Un parque. Un bosque. Todo el amazonas y la selva negra salieron ardiendo.
Muchas chispas habían producido, pero siempre caían a un sitio húmedo hasta aquel día en el que todo ardió sin que ninguno de los dos quisiera realmente, ¿o sí? Todo arde cuando la chispa adecuada se aplica.

Cuántos dolores de cabeza... Cuántas lágrimas... Cuántas inseguridades, cuentas, cuentos, posibilidades...
"Omnia in bonum" -susurrabas y mi lema se volvió.
Pasara lo que pasara, sería para bien....

·Dieciséis de noviembre de dos mil nueve. Madrugada. Por fin lunes.

El Porvenir. Prado de San Sebastián. San Fernando. Puerta de Jerez. Paseo de Cristina. Torre del Oro. Paseo de Colón. Puente de Triana. Reyes Católicos. Plaza de la Magdalena. Calle O'Donnell. Sierpes. El Salvador. Plaza Nueva. Constitución. Santa Cruz. Jardines de Murillo. El Porvenir...
Hacía frío, bastante de hecho, aunque más que frío, humedad. El Río los estuvo siguiendo aunque si no era él, Lipasam se encargaba de hacerle el relevo.
El día más largo del año o quizá la noche... difícil de definir. El día quince y el dieciséis fusionados bajo la atenta (o no tanto) mirada de un gato negro. Aunque los más sorprendidos, sin embargo, eran los propios protagonistas.

Don Lunes, con la ayuda de Don Tiempo, estuvo detrás de todo esto desde el principio....
Nos hemos alimentado de 64 lunes, todos y cada uno de ellos, importantes. Lunes de frío, de clases, de lluvia, de estaciones, de sol, de parques, de playa, de sal, de exámenes, de viajes, de ausencias, de lágrimas, de reencuentros... Lunes que llenan nuestro calendario particular donde el mes de noviembre está marcado en dorado.
Este lunes, no puedo protegerte del frío, ni darte mi aliento. No puedo ni darte mis letras en tinta. Puede que el próximo lunes no, ni tampoco el siguiente pero pronto llegará un lunes que nos verá de nuevo.
No tengo copa que levantar, ni cava (o cognac) con que brindar, pero cuando tenga no duraré en celebrar cada uno de los días que hemos visto y que quedan por pasar. Seguiremos saltando los días con el mismo ánimo de siempre y las hojas de tus agendas se quedarán débiles por la fuerza de nuestras botas... Hagamosles caso y que nos guíen ellas, apostemos, pues, por miles de victorias...
¿Preparado? Agárrate.


PD: ¿Lo adivinas?...

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S.Fernando/Sevilla, Cádiz/Sevilla, Spain
"Una profunda pesadez atenazó sus miembros, su pecho se cubrió de gruesa corteza, su pelo se convirtió en hojas, sus brazos en ramas y sus pies, antes tan veloces, fueron atrapados por lentas raíces, mientras que su rostro fue la copa. Nada quedó de ella, excepto su luminoso encanto."