Queridos Reyes Magos:

Esta es la segunda carta que os escribo este año y la verdad que no sé muy bien cómo empezarla. No quiero resultar pidona, pero cierto es que tengo muchas cosas que pedir.

Siempre me han dicho que es de bien nacidos el ser agradecidos, así que creo que ante todo, en vez de decir lo malo, debería agradecer todos los buenos momentos del 2009. Los pequeños viajes, las risas, las tardes de tortitas, las canciones, conciertos y sobre todo gracias por las nuevas personitas que van apareciendo en mi vida, que, gracias a su alegría, van haciendo que los días malos se conviertan en no tan malos y los buenos, en los mejores. (Sin olvidar a las ya conocidas, por supuesto. Por eso agradezco que compartan su tiempo conmigo.).

Las cosas malas… en fin, siempre van a estar ahí, pero en nosotros está el superarlas. Son cosas así las que nos hacen madurar. Lo que sí os pido es que las barreras sean un poco más flexibles este año. Más fáciles de saltar y con menos pinchos… Al menos solo por este año.

Si trajerais un poco de vuestra magia, os estaría muy agradecida. Porque eso es lo que hace falta ahora mismo, un poco de magia para que las estrellas brillen lo suficiente para que nosotros brillemos también con ellas. Magia para sanar heridas, para impedir que salgan más. Magia para hacernos más fuertes. Valentía, coraje… Todo lo suficiente para cumplir lo que nos propongamos.

Y por eso, mi lista de propósitos nunca estuvo tan llena. Este año, después de todo los pequeños baches, pienso conseguir todo aquello que se me vaya poniendo por delante y, bueno, si no se cumple ¡que no pase nada!, poco a poco… Viajes y más viajes, aprobados, Erasmus, libros, traducciones, alemán, Sentido y sensibilidad... Pero ante todo, felicidad. Porque creo que este 2010 va a ser un gran año (o eso espero :P) ¡Feliz año nuevo a todos!