Alicia tiene siete años
y vive sin prisas las horas
su madre le peina dos trenzas
y su risa se escucha nerviosa
Alicia juega con muñecas
a las que viste y cuida con dureza
las sienta y las prepara
para el té de las cinco y media
Alicia solo conoce ese mundo
donde ella y su mente vuelan
donde los conejos dan la hora
y las reinas cortan cabezas.
Alicia comienza a ver
que no todo es tan malo,
pues, aunque no sea perfecto,
es lo que nos ha tocado.
Alicia siente mariposas
que vuelan de pies a cabeza
se muestran libres pero temerosas
dentro de esta niña pequeña.
Alicia no puede evitarlo
y los colores le nublan la vista.
Verde, rosa y amarillo
le inundan entera la vida.
Entre tanto colores
algo fallaba
Alicia de pronto
sintió una estocada.
Un día, Alicia, perdió la risa.
Ya no salía más.
Era torpe y muy forzada
y para eso ¿qué más da?
Alicia tenía visitas
que le hicieron recobrar
cada minuto de vida
que le quisieron quitar
Alicia recordaba de sus visitas
esos ojos que al mirar
eran dulces y tan suaves...
¡Jamás los pudo olvidar!
Alicia acostumbró a su corazón
a latir un poco más lento
pues de solo recordar esos ojos
se le salía, sin más, del pecho.
Alicia no aguantó más
y su boca, por fin, lo besó
¡Qué dulce sensación
sentía en su interior!
Alicia, al final, aceptó lo que sentía.
A la locura se entregaba
pues al señor del tiempo amaba
la que siete años cumplía.
Alicia se enamora
Servido por
Dafne
viernes, 20 de noviembre de 2009
1 tazas de té:
Un gran poema, aunque me gustaría conocer la opinión de Mirthas. Pero me ha gustado mucho, más ahora que lo he podido leer sosegadamente y detenerme en algunas estrofas...
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