Una corona para la princesa, ya sea de cerveza o de fresa pero más que para olvidar, para recordar, para protegerte a los pies de tu cama, descifrar el sentido de tus sueños y quedarme los besos que se escapan por tus labios.
Hace mucho que la princesa a la que se le escapaban suspiros por su boca de fresa (y que no bebía Clesa...) ya no está triste. Se podría decir que hará como medio año... o incluso más...
Time is running away, darling.
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