Domingo de calles vacías
de niños que saltan vallas
de vallas llamadas Gracia
de gasolina sin echar.
Domingo de soledades
de tartas de desprecio
de playa como desayuno
de confetti en la catedral.
Domingo de besos dulces
de despedidas a la carrera
de preguntas con respuesta
de fuego constitucional.
Domingo de mar salado
de toneles de helado
de pescado bien asado
de perritas sin rechistar.
Domingo de desvíos,
de explicaciones mal dadas
Domingo que mis hadas
quisieron que no odiara más.
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